Antes de volver al Luna Park, el legendario baterista, en su actual versión de Creedence Clearwater Revisited, descarta una posible reunión con el cantante y explica cómo sobrevivir a medio siglo de rock
El poder movilizante de la nostalgia no es una novedad, pero el caso de Creedence es cosa seria. Tan sólo entre el 2010 y el 2011, y con algunos pocos meses de distancia, el estadio Luna Park se tomó por arrebató en tres oportunidades al rededor de su legado: primero fue con Creedence Clearwater Revisited y después con la llegada de John Fogerty y sus dos fechas. ¿La diferencia? Mínima. Ahí no importaba demasiado si estuviera cantando el mismo Fogerty o John Tristao -su ocasional reemplazo-, si tocaba el Doug Clifford o Stu Cook; lo importante seguían siendo esas canciones que, tan propias de una época y una generación, se las arreglan para mantenerse intactas ante el paso del tiempo.
La historia de CCR guarda entre manos ese fuego sagrado de los únicos. Una carrera meteórica cargada de lanzamientos exitosos (Bayou Country, Green River, Cosmo's Factory, Pendulum) y varias canciones como himnos indestructibles ("Have You Ever Seen The Rain", "Proud Mary", "Down on the Corner" y "Long As I Can See the Light", entre tantos otros). Aunque después de la cumbre, como es habitual, llegó el momento de la caída: dos hermanos que iban a los golpes, el control de John Fogerty por encima de sus compañeros, disputas en el comando de la dirección económica de la banda y aquel inevitable final en 1972 (después de tan sólo cinco años de actividad), hace exactamente cuarenta años.
Desde ese entonces, el reencuentro fue una opción poco revisada, al menos por su cantante: Fogerty se rehusó a tocar con ellos en 1993 cuando consiguieron un lugar en el Hall of Fame y los salió a correr con una jauría de abogados cuando Clifford y Cook reaparecieron con esta remasterizada versión de Creedence, allá por 1995. Por eso, cuando hoy se lo consulta al baterista sobre su relación actual con Fogerty, y si realmente existió entre ellos algún contacto cierto en este último tiempo (a un medio estadounidense, el cantante le había asegurado estar mucho menos reacio a una posible reunión con sus ex compañeros), deja caer un "NO" de varias toneladas.
Hoy, Creedence Clearwater Revisited, con casi 18 años de recorrido bajo estos términos (que además de la base rítmica original, con Clifforod y Cook, se completa con John Stristao en voz, Steve Guner en teclados, guitarra y armónica y Kurt Griffey en guitarra), es una máquina que da vueltas al mundo dispuesta, no sólo a viajar en el tiempo y devolverle minutos de juventud y esperanza a viejos y nostálgicos, sino también a reavivar esas composiciones para nuevas generaciones que, por herencia o curiosidad, las siguen resignificando. Y el próximo martes 20 de marzo lo repiten ante el Palacio de los Deportes.
"El Luna Park es un lugar mágico, y lo que pasó ahí en 2010 también", dice a Rolling Stone Doug Clifford, desde Brasil, en una de las paradas de la gira que los devuelve a Sudamérica. "La gente viene a celebrar la música de CCR y a disfrutarla junto a nosotros. Bailan y cantan dejando ir todos sus problemas. Nosotros les damos amor y ellos nos lo devuelven".
¿Cuáles son las razones para seguir con Creedence después de tantos años?
Yo nunca me cansé de tocar tocar nuestras canciones porque son algo que viene del corazón. La gente las sigue amando y eso es lo que las mantiene frescas. No me aburrieron nunca, y tampoco lo hacen ahora; son canciones divertidas y siempre lo serán. Además, nosotros tenemos muchos fans verdaderamente jóvenes, entonces ellos las redescubren con su propia percepción y sentimiento al respecto. Esta música hace sentir mejor a la gente y eso es lo más importante.
John Fogerty tocó el año pasado ante un Luna Park lleno, e hizo casi todos temas de Creedence, ¿qué le dirías a la gente que todavía espera una reunión?
Me gusta la banda como está ahora. Ya estamos cumpliendo 18 años juntos en esta última etapa, y eso es buenísimo. Podríamos hacer mucha más plata si John Fogerty estuviera junto a nosotros, pero la plata hoy no es lo más importante para mí. Me estoy divirtiendo mucho con CC Revisited y quiero seguir como estoy.
John Tristao tiene un tono muy similar al de Fogerty, ¿eso fue una decisión?
John Tristao es un tenor alto, sí, pero le pone su propia onda a las canciones. Él es un cantante muy entrenado, así que puede cantar poderosamente, y también con estilo. Además es muy divertido tocar con él y disfrutamos juntos cada uno de nuestros shows.
¿Después de tantos años, creés que el concepto del rock sigue siendo el mismo?
Sí, creo que el concepto del rock es básicamente el mismo: una música que está impulsada por un sentimiento muy fuerte, y estoy seguro de que eso nunca va cambiar.
En la época en que Creedence empezó a tocar, muchas estrellas de rock murieron por drogas y excesos, ¿te considerás un sobreviviente?
Sí, soy un sobreviviente porque trabajo seis días a la semana y como comida sana. Además me mantengo alejado de las drogas. Aunque bueno, de vez en cuando le entro a un vasito de vino tinto...
Muchos te consideran parte de una leyenda... ¿Cuál fue el momento más increíble que te haya tocado vivir con la música?
Bueno, no me veo a mí mismo como una leyenda, solamente soy el baterista de una banda de rock. Y con lo otro... Ah no, no puedo decírtelo, ¡ese es mi secreto!
Por Juan Barberis
Rollingstone.com.ar